El comportamiento egoísta en los niños pequeños está ligada al desarrollo incompleto de una región del cerebro involucrada en el autocontrol, de acuerdo con un nuevo estudio.
Los hallazgos podrían ayudar a explicar por qué los niños pequeños a menudo tienen dificultad para controlar los impulsos egoístas, incluso cuando saben mejor, y pueden conducir a formas mejoradas para promover los comportamientos sociales beneficiosos, los investigadores alemanes sugerido
.
el estudio, publicado en la edición de marzo 8 de la revista
neurona
, incluidos los niños de diferentes edades que jugaron dos juegos diferentes. En un juego, se les pidió a los niños a compartir un premio con otro niño que tuvo que aceptar lo que le ofrecían. En el otro partido, el destinatario tenía que aceptar lo que ofreció el otro niño o ninguno de los niños recibió una recompensa.
Los juegos fueron diseñados para poner a prueba el comportamiento estratégico de los niños que hacen la oferta.
"estábamos interesados en si los niños compartir de manera más justa si sus contrapartes podían rechazar sus ofertas, y en qué medida el comportamiento estratégico era dependiente de la edad y el desarrollo del cerebro", el autor del estudio Nikolaus Steinbeis, del Instituto Max-Planck para cognitiva y cerebral Ciencias en Leipzig, en un comunicado de prensa de la revista.
"Hemos observado un aumento relacionado con la edad en estratégicos 6 a 13 años de toma de decisiones entre las edades y demostramos que los cambios en el comportamiento de negociación fueron mejores explicarse por diferencias relacionadas con la edad en las capacidades del control de impulsos y la actividad funcional subyacente de la corteza prefrontal dorsolateral izquierda, una región del cerebro de maduración tardía vinculados con el control de uno mismo ", explicó Steinbeis.
los resultados sugieren que el comportamiento egoísta en los niños pequeños puede no ser debido a la imposibilidad de saber justo por parte de injusta, sino más bien el resultado de una corteza prefrontal inmadura que no fomente comportamientos generosos en situaciones en las que hay un fuerte incentivo para que los niños sean egoístas.
"Nuestros hallazgos representan un avance fundamental en nuestra comprensión del desarrollo de la conducta social con implicaciones de largo alcance para la política educativa, y ponen de relieve la importancia de ayudar a los niños actúan sobre lo que ya saben," concluyó Steinbeis. "Este tipo de intervenciones podrían sentar las bases para una mayor altruismo en el futuro."