Hay una tercera clase de grado en Oakland, California, que me encanta visitar. Es un lugar donde los niños están en el mismo centro, donde sus necesidades académicas, emocionales y sociales son reconocidos y tratados.
"Me encanta la forma que tiene su habitación organizada este año," le dije a la señora S , el maestro enérgico que ha trabajado en esta comunidad desde hace una década.
"Gracias", dijo. "Siempre paso todo el verano pensando en el tema que voy a utilizar en mi clase y finalmente me di cuenta de que sería 'The Village'".
Este comentario hizo eco en mi cabeza durante semanas, ambos porque recuerdo que la experiencia - mi maestro-cerebro nunca apagado durante las vacaciones - sino también por toda la discusión en este momento acerca de lo que hace un buen maestro
sufijos en la "Palabra bien" (izquierda).; la clase "Carecrow" (derecha).
Crédito: Elena Aguilar
intimidación Recientemente, el profesor ha abordado. Un niño de tamaño "Carecrow" cuelga en una pared. Los estudiantes han grabado mensajes en la cifra que refleja su compromiso de cuidar unos de otros.
Los estudiantes se mueven alrededor de la habitación que refleja un nivel de confort y la propiedad. La Sra S estructuras de sus clases para que los estudiantes colaboran entre sí, el trabajo en grupos pequeños con ella, y utilizan los recursos en la habitación. Ella les da oportunidades para moverse y hablar, para gestionar sus pequeños cuerpos activos. La primera vez que visité su clase fue durante una transición de la lectura de las matemáticas; La Sra S estaba llevando a sus hijos a través de una rutina de yoga de cinco minutos a
estudiante de
Y Sra S aprender -. De que existe una amplia evidencia. No dudaría en poner mi propio hijo en su clase.
Esta clase destaca para mí en estos días teniendo en cuenta las conversaciones nacionales sobre lo que hace un buen maestro. ¿Cómo podemos medir también la experiencia emocional de un estudiante con un maestro? La capacidad de un maestro para inculcar la pasión por el aprendizaje? ¿Cómo podemos - como maestros, como padres - continúan expresando nuestra exigencia de que las aulas de nuestros estudiantes sean lugares donde se sienten bien? No es suficiente, por supuesto, que acaba de sentirse bien en la escuela, pero no se puede descartar.
Comunidad
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