Like, mi pareja y yo trabajamos duro para desarrollar nuestros hijos en las personas sanas y bien adaptados. Nosotros queremos que tengan las habilidades para persue cualquier objetivo que elijan por sí mismos en este mundo. Ninguno de nosotros son padres perfectos y todos aprenden del pasado. El propósito de este artículo es transmitir una de nuestras experiencias. Tenía un profundo efecto en la forma en que nos acercamos al juego de crianza de los hijos. Hace algunos años, nuestros dos niños tenían entre dos y cuatro. Durante un período de semanas uno de nuestros muchachos habían vuelto cada vez más traviesa. Su comportamiento fue contagiando su hermano. Mamá y papá habían explorado las opciones habituales de disciplina pero nada parecía funcionar. Con el tiempo, ya que mi pareja y yo discutimos el comportamiento chicos, decidimos que debe haber un disparador. Si pudiéramos encontrarlo, pensamos que tal vez podríamos efectuar un cambio para mejor. Nos herida volver el reloj a la época en que el cambio de comportamiento surgió, luego miró a lo que habíamos estado haciendo en torno a ese momento. Al final resultó que, la aparición correspondió con un momento en que se estaba reestructurando mi trabajo y mi compañero estaba tan preocupado como yo por el resultado. Los dos estábamos centró en nosotros mismos y como es natural mostraban signos de estrés. El resultado de esta presión, fue que tuvimos muy poco tiempo para nuestros hijos y que no estaban recibiendo la atención que necesitan de nosotros. Decidimos probar un experimento. Dejamos de lado todas las otras prioridades para el fin de semana y pasar tiempo con los niños. Nada especial, simplemente estar con ellos y darles tiempo de calidad. Sus comportamientos cambian casi al instante. Y fue un cambio para mejor. Esta pequeña experiencia tuvo un efecto profundo en la forma en que nos acercamos a la crianza. Hemos aprendido que las conductas de nuestros hijos se ven afectados de manera significativa por nuestros propios comportamientos. Ahora estamos mucho más cuidado con la cantidad de tiempo que pasamos con nuestros hijos. Cuando hay un cambio de comportamiento de ellos, nos miramos a nosotros mismos primero y luego comprobamos las influencias externas antes de elegir un curso de acción. La paternidad es un viaje maravilloso, lleno de giros giros y sorpresas. Espero que al compartir esta pequeña parte de nuestra vida que le ayudará en la suya.