No siempre lo consigo esta cosa crianza derecha. Voy a ser el primero en admitirlo. Cometo errores todos los días, a veces, los pequeños de pequeñísima que nadie se diera cuenta, ya veces los muy grandes.
A veces le grito cuando debería controlar a mí mismo, a veces echo cosas en la frustración, ya veces tener mi estrés fuera de lugar por mi marido. A veces dejo que mi hijo ver demasiada televisión, a veces soy demasiado perezoso para hacerle comer un bocadillo en la mesa, y, a veces elijo un camino, simplemente porque es más fácil que la alternativa. A veces, mis errores son insignificantes y otras veces no son realmente errores en absoluto. De vez en cuando me acaba de obtener cosas completamente mal y tener que dar marcha atrás para poner las cosas en el camino correcto. Otras veces estoy totalmente en la desperdician, y es sólo por un golpe de suerte que todo salga bien. Y luego está todo lo que cae en algún punto intermedio.
No tengo forma de saber con certeza absoluta si las elecciones para padres que estoy haciendo hoy en día son los más adecuados o los defectos. No sé si el enfoque que tomo ahora es el que va a trabajar para siempre, o incluso si es el que va a ayudar a mi hijo crecer para ser el mejor hombre posible. No sé si los métodos que utilizo para enseñarle son los que le ayuden a aprender más, y yo no sé si las estrategias de disciplina que utilizo son los más eficaces en el largo plazo. Podría estar recibiendo cada bit del mal. Pero lo que sí sé, está en el medio de todo lo que la incertidumbre y la falta de familiaridad, en medio de ese vasto reino de lo desconocido, lo que sí sé, con toda confianza, hay una cosa que estoy haciendo bien.
Cada día que vaya más allá para conectar físicamente con mi hijo. Le envuelvo en abrazos del momento en que se despierta. Le ahogo en besos todo el día. Me froto la cabeza y acaricio sus rizos. Aprieto su pequeña mano con el estímulo y el accidente cerebrovascular palma de su mano con amor. Sostengo su mano cada vez que me lo permite y lo tire en mi regazo cuando está sentado cerca de mí. Le beso la mejilla blanda, y tocar en la punta de la nariz con afecto. Me cuelo en un apretón de sus rodillas mientras se balancea y frotar su espalda mientras charlamos. Me anidan la cabeza debajo de mi barbilla mientras que leer libros, y yo siempre colarse de nuevo en su habitación por un beso y una caricia antes me vaya a la cama a mí mismo. El tiempo que se sigue aguantar esto son de corta duración, pero por el momento, me arrebatan a cualquier oportunidad que tengo para conectar con él a través del tacto. Puede que no sea capaz de decir o hacer las cosas bien, pero nunca voy a meter la pata con un abrazo o acurrucarse. Él puede empujar este afecto de distancia de un día, pero siempre va a saber que está ahí si lo necesita.
Espero alguna manera, incluso si no puedo encontrar las palabras o las estrategias o las filosofías de la derecha, que todavía estoy infundir un sentimiento de amor, confianza y carácter. Espero que le estoy enseñando a expresar sus emociones, ser empático, el cuidado y amoroso. Espero que lo estoy proporciona una sensación de seguridad y la familiaridad, la positividad de afecto. Espero que, sobre todo, de alguna manera estoy haciendo para mis errores con algo más grande.
Soy un adulto y todavía tengo una necesidad de contacto, contacto personal, y un sentido de amor y el cuidado. Sé que un abrazo puede hacer maravillas para un mal día más allá de simplemente palabras. Sé que toque me puede calmarse cuando estoy frustrado y me puso a gusto cuando estoy estresado. Hasta que mi hijo decide que es demasiado frío para la mamá, hago una prioridad para acurrucarse, abrazo, un beso y él hasta que se sabe, sin certeza de que siempre es y siempre será amado. Espero años en el camino, es esta sensación de seguridad que obtiene de su familia que se queda con él, no cualquiera de los errores gigantes o minúsculos que hacemos a lo largo del camino.