Nutrición Infantil
Lo ideal sería que su bebé va a seguir su dieta de leche materna o fórmula sin adiciones de las edades de un mes a cuatro meses. La cantidad que consume en cada comida debe aumentar gradualmente de unos cuatro o cinco onzas durante el segundo mes, a cinco o seis onzas por cuatro meses. Su ingesta diaria debe llegar a cerca de 30 oz por cuatro meses. Por lo general, esto suministrará todas sus necesidades nutricionales a esta edad.
Si su bebé parece ser persistentemente hambre después de lo que se cree que son las comidas adecuadas, consulte a su pediatra. Cuando un bebé que es amamantado no aumenta de peso, su producción de leche puede haber disminuido y una botella suplementario o dos puede ser la respuesta. Si está claro que él está recibiendo suficiente leche, pero todavía tiene hambre, el médico le puede aconsejar que empezar a comer alimentos sólidos. Los sólidos deben introducirse solamente cerca del final de este período; sin embargo, porque los bebés más pequeños tienen una tendencia a empujar el alimento a cabo con la lengua, lo que hace difícil la alimentación con cuchara. Además, los niños pequeños pueden no ser capaces de tolerar ciertos alimentos sólidos. Si es necesario introducir sólidos, comenzar con el alimento alergénico menos, que es el cereal de arroz, y en las malas tanto como sea posible con leche materna o fórmula.
Defecaciones
Incluso si usted no hará cualquier adición a la dieta de su bebé, probablemente notará un cambio en sus movimientos intestinales durante estos meses. Sus intestinos ahora pueden tener más y absorber una mayor cantidad de nutrientes de la leche, por lo que las heces tenderán a ser más sólido. El reflejo gastrocólico es cada vez menor, por lo que ya no debe tener una evacuación intestinal después de cada comida. De hecho, entre dos y tres meses, la frecuencia de las deposiciones en tanto amamantados y bebés alimentados con biberón pueden disminuir drásticamente; algunos bebés alimentados con leche materna tienen un solo movimiento intestinal cada tres o cuatro días, y algunos bebés alimentados con leche materna perfectamente sanos tener sólo uno a la semana. Mientras su bebé está comiendo bien, el aumento de peso, y sus heces no son demasiado duras o secas, no hay razón para alarmarse por esta caída en la frecuencia.